Yeka Ramos dirige el Ensamble de Voces

“Apenas me lo propusieron: corté el teléfono y solté unas lágrimas”, recordó emocionada la flamante directora del Ensamble de Voces, YEKA RAMOS, quien rápidamente se lo contó a tres personas en ese momento (su papá y “dos grandes amigas” que inmediatamente la llamaron para compartir esa sensación juntas). “Esa emoción tuvo que ver más que nada por el reconocimiento y la oportunidad”.

La actividad coral en la Universidad Nacional de San Luis superó los 30 años, con espectáculos que fueron reconocidos por su fusión del canto con la actuación, el baile, la música en vivo y las artes audiovisuales. A pesar del aislamiento por la pandemia mundial, no se detiene la producción y a través de un multitudinario casting virtual, seleccionaron a los finalistas, que tuvieron audiciones en el mismo formato.

YEKA RAMOS, guitarrista y cantante de “Nosotras Tan Bien” y “MamaCora”, tiene activa participación en las actividades artísticas de la UNSL desde que ingresó al coro en 2012. Dos años después fue asistente del director Ricardo Marino, hasta 2018 cuando lo reemplazó en una licencia Pablo Eggarter, y Yeka siguió en la misma función.

La cantautora participó del espectáculo de música de películas “La Resistencia” (“que nos llevó de viaje a Colombia”, recordó YEKA RAMOS), “Cielo e Infierno” (“aquí también asistí a Daniela Pereira Jameson”), “Postales en Blanco y Negro” (con la colaboración de Faviola Perroni que ideó casi todas las puestas en escena, “espectáculo con el que también viajamos a encuentros corales y conciertos en Quito y a Colombia”), “Celebración del Trabajo” (también con Perroni), y el show del año pasado , con Pablo Eggarter (“que no alcanzamos a terminar”).

El Ensamble de Voces de la UNSL busca reivindicar los ritmos platenses como la murga y el candombe y hacer un repertorio con voces mixtas que incluyan ensambles de voces de mujeres y varones por separado.

-Desde el principio asististe en la dirección pero ¿cómo te ves YEKA RAMOS en esta etapa al frente?

-Ricardo Marino me brindó esa confianza en varias oportunidades en las que él viajaba a dar talleres por otros países de América y Europa. El primer desafío es la modalidad virtual. Automáticamente me puse en contacto con directores de coro de otras provincias para saber cómo se estaban manejando ellos en este contexto y me brindaron muchas herramientas. A la vez, participo del congreso virtual de Cantapueblo para la autogestión coral también en tiempos de pandemia, que me enriquece de herramientas.

-Siempre te rodeaste de buenos colaboradores ¿quiénes están en este momento?

-Me acompaña en la producción de este proyecto Alcides Alcón, con quien comparto la música hace muchos años y teníamos la deuda de componer juntos. Sin dudas, era éste el momento y lo estamos aprovechando. Agradezco a Meli Furlong que no sólo me acompaña en la comunicación de Cultura de la UNSL sino que cuento con ella para consultas que tienen que ver con lo virtual y también con lo humano. También a la Secretaria de Extensión Universitaria de la UNSL, Hilda Maggi, y la Directora de Cultura Viviana Acuña, a quienes les agradezco enormemente esta oportunidad que estoy viviendo con mucho entusiasmo.

-Fueron casi 60 audiciones virtuales en las que no sólo hubo canto, sino mini entrevistas para conocerse, no?

-Sí, totalmente. Los primeros días fueron difíciles porque no paraba de ver personas en la computadora. Me agarraban palpitaciones, pensaba que ‘no iba a poder’. Así el miedo que te genera gestar algo desde cero, es que no tenés experiencia en eso, más que en tu cabeza. Después te das cuenta que el corazón también interviene y tenés que armarte de ese deseo de que ‘todo va a estar bien’. La respuesta de la gente me emocionó todos los días, hasta audicionaron el mismo 9 de Julio y durante el receso de la Uni para que nadie se perdiera la oportunidad. ‘Audicionar’ desde casa también le daba ese ‘calorcito de hogar’. Se escuchaba gente que acompañada del otro lado, madres con sus hijos, festejos ¡y hasta performances!

-¿Se dio la coincidencia que haya integrantes con los cuales estuviste antes?

-Me sorprendí mucho con algunos nombres en las inscripciones, mucha gente a la que también convoqué personalmente me dijo que NO o ‘me clavó el visto’: y supe desde ese momento que estarían los que tienen que estar. Y así también lo veo desde el primer encuentro virtual y la comunicación posterior a eso. La gente está muy entusiasmada y eso es algo hermoso. Con las personas con las que ya comparto otros proyectos o he trabajado musicalmente antes, tuve la oportunidad de contarles de la responsabilidad y el compromiso que llevará este proyecto para que, si no estaban dispuestas, le dieran la posibilidad a otra persona de formar parte.

-No vamos a hablar de futuros proyectos a compartir porque cambian a cada rato las Fases (no volvamos a Fase 1 ¡por favor!! jaja) pero cuáles son los que podés anticipar?

-Dividí el ensamble en 4 grupos (son cuatro elementos, en realidad) para que, cuando podamos, nos juntemos entre menos de 10 personas respetando los protocolos pero con la finalidad de ensamblar las voces (algo que no se puede hacer virtualmente con ninguna plataforma). El proyecto “Ensamble de Voces de la UNSL” es EL PROYECTO de este año y para el estreno no puedo anticipar ¡ni una palabra! porque hice un pacto de silencio hasta dentro de unos meses (¡con lo que me cuesta guardarme las cosas lindas!! jaja)

-¿Y proyectos además de lo profesional?

-El 2021 está más basado en mi proyecto de vida personal, en concretar un deseo que tengo hace unos años, para el que tendré que dejar de recorrer tantos escenarios y tal vez sólo me dedique a dirigir.